Protoceratops
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El Protoceratops presentaba un gran volante óseo alrededor de su cuello y no tenía cuerno. A menudo se ha afirmado que el objeto de este volante era proteger el cuello del Protoceratops y reforzar los músculos de la mandíbula, pero su frágil estructura podría descartar estas funciones.
El Protoceratops fue descubierto en 1922, en el desierto de Gobi (Mongolia), por J. B. Shackleford, un fotógrafo. Shackleford pertenecía a una expedición estadounidense que se encontraba en el desierto en busca de restos de los antepasados de los seres humanos. Los fósiles de Protoceratops se encontraban en un estado de conservación muy bueno.
Características de Protoceratops
El Protoceratops era fue un dinosaurio ceratopsio perteneciente a la familia Ceratopsia primitiva, está emparentado con los Torosaurus y los Triceratops, pero este dinosaurio no tenía cuerno, aunque sí que tenía un abultamiento óseo entre las fosas nasales.
El esqueleto de las extremidades es grácil. La longitud de las extremidades anteriores es aproximadamente la mitad que la de las posteriores. El fémur del los Protoceratops es más corto que la tibia y el pie es largo y grácil. Protoceratops es uno de los dinosaurios con registro más abundante.
El esqueleto axial tiene 8 vértebras sacras. La serie caudal cuenta con espinas neurales muy altas, un rasgo también distintivo respecto de otros géneros de dinosaurios neoceratopsios.
El Protoceratops además fue un dinosaurio muy pequeño, apenas más grande que un perro grande. A pesar de su aspecto amenazante con pico córneo este pequeño saurio era un dinosaurio herbívoro. También fue un dinosaurio rápido por la cuenta que le traía y que corría a cuatro patas.
Se sabe que Protoceratops exhibía un acusado dimorfismo sexual. Los machos tenían proyecciones parietales anchas y altas, llamativas, mientras que las de las hembras son más estrechos y bajos. No parece, sin embargo, que existan diferencias en tamaño.
El Protoceratops, en proporción, se elevaba poco respecto al nivel del suelo, alcanzando alturas de solo 0,6 m. Su cuerpo tenía forma de barril, con una cola corta, unas patas cortas con pies con cinco dedos y caderas parecidas a las de las aves.
Hay tantos que lo llaman la oveja del Cretácico
Los fósiles de este dinosaurio son muy abundantes, se han encontrado muchos restos de este animal, además de haber muchísimos Protoceratops, este animal vivía en manadas y por eso se ha ganado el sobrenombre de «oveja del Cretácico de Mongolia».
Su cráneo es inconfundible
El cráneo es muy característico en este género, sin cuernos y con maxilares muy altos que forman aproximadamente 2/3 de la altura total de la cara. Las narinas externas son pequeñas, de contorno alargado y de posición dorsal.
Los premaxilares están dentados, un carácter único entre los ceratopsios. En la zona posterior del cráneo del Protoceratops se desarrolla una proyección parietal perforada por dos amplias ventanas.
¿Para qué servía el volante del Protoceratop?
Los volantes de la cabeza del Protoceratops han demostrado ser lo suficientemente duraderos como para sobrevivir durante millones de años después de la muerte de estos animales, y aun así mantener en gran parte su forma original y el curioso aspecto que la máscara ósea le daba a su cara, parecido a un águila.
En el Protoceratops andrewsi pueden observarse dos tipos de volante: uno de ellos era de mayor tamaño que el otro, lo que podría significar que esas dos formas distintas pertenecían al macho y a la hembra. Actualmente se desconoce la finalidad que tenía el volante, pero es probable que pudiera servir como rasgo identificativo de la especie.
Protoceratops VS Velociraptor
En 1971, tuvo lugar el espectacular descubrimiento de un fósil doble, que presentaba a un Protoceratops luchando contra un Velociraptor. Parece que ambos dinosaurios murieron al mismo tiempo, posiblemente sepultados por una avalancha de lodo, mientras se encontraban luchando.
Los protoceratops se movían en manadas
El Protoceratops podría haber sido un animal que viviera en manadas, y los paleontólogos se han referido a él como «la oveja del Cretácico», debido a los abundantes fósiles encontrados en el desierto de Gobi (Mongolia).
Consumía grandes cantidades de vegetación
Sus músculos debían efectuar un gran trabajo debido a que, al igual que la mayoría de los dinosaurios herbívoros, el Protoceratops consumía grandes cantidades de vegetación. A pesar de que era relativamente largo, alcanzando 1,8 m de longitud.

Sobre el autor: Marcos Müller es investigador y docente universitario, nació en 1959 en Alemania y desde muy temprana edad encaminó sus pasos hacia los fósiles y la paleontología, doctorándose en ciencias biológicas. Es colaborador honorario en la facultad de ciencias de su universidad, donde con dedicación exclusiva, ocupa el cargo de profesor de Paleontología de Vertebrados.