Parasaurolophus
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El Parasaurolophus fue un dinosaurio ornitópodo hadrosáurido, que vivió en los pantanos y bosques de lo que hoy es Norteamérica a finales del período Cretácico. Se extinguió durante el Campaniense, hace unos 83 millones de años aproximadamente.
El Parasaurolophus vivió en el período Cretácico y recibe el sobrenombre de «dinosaurio trompeta», debido a que la cresta de Parasaurolophus podría haber amplificado los sonidos que emitía para comunicarse. Sin embargo, su cresta podría haber servido básicamente como rasgo identificativo visual.
Características de Parasaurolophus
Parasaurolophus era un hadrosaurio que poseía una llamativa cresta que se curvaba en la parte posterior de su cabeza, que le podría haber servido de ayuda para comunicarse con sus congéneres, y que podría haber servido como cámara de resonancia a la hora de efectuar sus cantos.
Era un dinosaurio inusual con un cuerpo de hadrosaurio y una gran cresta en forma de tubo para hacer sonidos. Podía medir hasta 10 metros de largo y pesar alrededor de 5 toneladas.
Su esqueleto mostraba extremidades delanteras cortas y robustas en comparación con otros hadrosaurios, lo que le permitía caminar tanto en dos como en cuatro patas. Tenía vértebras altas, especialmente sobre las caderas.
La piel de Parasaurolophus presentaba escamas uniformes, pero no se encontraron rasgos distintivos. Tenía una cola larga y plana en los lados, lo que sugería la posibilidad de que pudiera nadar.
La naturaleza de las extremidades finales seguía siendo un misterio, algunos científicos creen que eran pezuñas, mientras que otros piensan que eran garras desgastadas. Se han encontrado impresiones de piel y esqueletos completos de Parasaurolophus, proporcionando una buena comprensión de su apariencia.
Sus grandes cuencas oculares indicarían que el Parasaurolophus poseía una vista aguda, y que podría haber sido un dinosaurio herbívoro activo durante el crepúsculo.
Se alimentaba de plantas terrestres
Su mandíbula estaba organizada de forma que le permitiera realizar un movimiento triturador con los numerosos dientes de sus mejillas, para masticar. Los contenidos fosilizados de su estómago muestran que los dinosaurios como el Parasaurolophus se alimentaba de plantas terrestres, refutando las primeras teorías acerca de los hábitos fundamentalmente acuáticos de este animal.
Su cresta continúa siendo una incógnita
El tamaño de su cresta craneal varía en función de los ejemplares. En el mayor de todos, forma un tubo hueco curvo de 1,8 metros de longitud. La punta de su cresta podría haberse asentado en una muesca en su columna vertebral, pero el propósito de este rasgo es una completa incógnita.
La cresta de Parasaurolophus era hueca y se conectaba con la nariz y la boca, permitiéndole emitir sonidos para la comunicación. Los machos tenían crestas más grandes que las hembras y las usaban en exhibiciones sonoras en lugar de luchas para establecer jerarquías en el grupo. La cresta tenía cámaras internas que amplificaban el sonido cuando el aire pasaba a través de ellas. Este proceso ocurría en menos de un segundo.
Los restos fósiles de Parasaurolophus han revelado que la cresta no solo servía para hacer ruidos, sino también para identificar a los miembros del grupo. Se han encontrado crestas de diferentes tamaños, sugiriendo que las crestas más grandes pertenecían a los machos que producían sonidos más graves, mientras que las crestas más pequeñas correspondían a hembras que emitían sonidos más agudos, similar a las cuerdas vocales humanas.
Descubrimiento e investigación
Fue descubierto por primera vez en Alberta, Canadá, en 1920. Fue nombrado por su distintiva cresta hueca que se cree que se utilizaba para emitir sonidos y comunicarse con otros miembros del grupo. La especie principal, P. walkeri, fue nombrada en honor a Sir Byron Edmund Walker.
Posteriormente, se encontraron otros especímenes en Nuevo México, incluyendo P. tubicen y P. cyrtocristatus, que tenían crestas diferentes en forma y tamaño. Hubo discusiones taxonómicas entre investigadores sobre si eran especies separadas o variaciones de la misma.
Este dinosaurio ha sido objeto de estudio y debate en la paleontología debido a las diferencias en sus crestas distintivas (que desempeñaban un papel en la comunicación) y a sus posibles relaciones taxonómicas.

Sobre el autor: Erik F. estudia Biología (orientación Zoología), en la Facultad de Ciencias Naturales de su universidad. Es un inquieto apasionado de los reptiles prehistóricos que suele colaborar divulgando sus conocimientos a través de medios digitales.