Huellas de dinosaurio | Paleontología
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Las huellas o señales dejadas en los sedimentos o las rocas por un organismo o por un dinosaurio se denominan icnitas. Estas huellas son el material de estudio que sirve para comprender las características y hábitos de los animales del pasado y en ellas se buscan trazas, pistas, huellas, marcas y rastros.
Las icnitas fosilizadas de huellas de dinosaurio son abundantes y principalmente quedaron impregnadas en antiguas zonas pantanosas o húmedas. Las pisadas de los grandes reptiles prehistóricos, tanto dinosaurios herbívoros como carnívoros, quedaron marcadas en el suelo, y con el paso del tiempo, la desecación y los sedimentos quedaron grabadas en la roca.
Tipos de huellas de dinosaurio | Tridáctilas y Subcirculares
Podríamos decir que las huellas son tan variadas como cada pisada que cada individuo da en cada sustrato a lo largo de su vida. Por suerte, en lo que se refiere a las huellas de dinosaurio podemos agruparlas en dos grupos fundamentales: “Huellas tridáctilas” y “Huellas subcirculares”.
Las huellas de dinosaurio del primer grupo, las de tres dedos (tridáctilas), pertenecen a dinosaurios bípedos o que marchaban la mayor parte del tiempo a dos patas. Dentro de este grupo encontramos a los terópodos y ornitópodos.
El resto de huellas serían pues de perímetro subcircular (Como las de un Sauropodo) y englobarían variando un poco el modelo prácticamente al resto de dinosaurios (de marcha cuadrúpeda).
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de trabajar con huellas, es como se nombra a cada dedo o dígito: Con números romanos siendo del dedo I el más interior y en sucesión; pulgar – I, índice – II, corazón – III, anular – IV y meñique – V.
La norma de reducción suele ser del exterior al interior, de tal forma que desde Ichtiostega y Acanthostega se pierden los dígitos VIII, VII y VI. La impresión corresponde a los dedos II, III y IV, ya que el dedo I permanece en alto al ser el más corto y no deja marca.
Huellas tridáctilas de terópodo:
Las huellas tridáctilas de dinosaurios terópodos pertenecen a especies de depredadores como los Spinosaurus, Megalosaurus, Allosaurus, Tyrannosaurus, o Deinonychus y también a herbívoros como Gallimimus, ornitholestes y Coelurus. Todas las huellas de dinosaurios terópodo comparten las siguientes características:
- A – Los dedos son largos y afilados por la impresión de las garras.
- B – El dedo II (interior) se suele curvar algo hacia dentro.
- C – El dedo III (central) también suele curvarse y es el más desarrollado.
- D – El dedo IV (exterior) suele aparentar separado del conjunto II-III y es mucho más recto.
La superficie plantar es larga y estrecha con un talón bien marcado. En la zona interna aparece con frecuencia un arco que junto con lo anterior puede ayudarnos a diferenciar una impresión izquierda o derecha.
*Huellas tridáctilas de dinosaurio terópodo.
Huellas tridáctilas de ornitópodo:
Las huellas tridáctilas de dinosaurios ornitopodos pertenecen a géneros como el Hadrosaurus, lambeosaurus, pachycephalosaurus, o el Tenontosaurus, siendo los registros de icnitas de estas huellas muy abundantes. Las huellas de ornitopodo son más simétricas y redondeadas, aparentemente son reconocibles a través de las siguientes características:
- Los dedos son cortos, anchos y de aspecto rechoncho.
- El borde anterior es redondeado a modo de pezuñas o cascos.
- Los tres dígitos son muy rectos, con una superficie plantar ancha y un talón amplio y redondeado.
El aspecto general es de gran simetría (a diferencia con las de terópodo) y robustez más que de ligereza y se hace difícil discernir entre derecha e izquierda.
*Huellas tridáctilas de dinosaurios ornitópodos del género Buckeburgichnus procedentes de La Rioja (España).
Huellas subcirculares de saurópodo:
Las mejor conocidas dentro de este grupo de huellas subcirculares son las huellas de dinosaurios saurópodos o los sauropodoformos, que resultan además ser yacimientos muy espectaculares
- Dinsoaurios Saurópodos (sauropodoformos): Los auropodos son un infraorden de dinosaurios del clado sauropodomorfo. Este grupo está compuesto entre otros por los Plateosaurios, Melanosaurus, Apatosaurus (Brontosaurus) y Brachiosaurus,
Las marcas de las patas traseras, salvando las posibles diferencias y el tamaño, se asemejan en esa forma general subcircular en pies y manos a las que también pueden dejar otros géneros de dinosaurios como los del infraorden de Ceratopsios y los miembros del suborden de Tieróforos.
- Dinosaurios Ceratopsios (Ceratopsia): Son un infraorden de dinosaurios ornitisquios como Psittacosaurus, protoceratops o Styracosaurus y también los Triceratops.
- Dinosaurios Tireóforos (Thyreophora): Son un suborden de dinosaurios ornitisquios que vivieron desde principios del periodo Jurásico como Stegosaurus, Daecenterus, Ankylosaurus o Echinodon.
En el caso de los saurópodos, las huellas pueden alcanzar tamaños más que considerables, y contrastan con las dejadas por las extremidades anteriores, mucho más pequeñas y con forma de media luna: El borde anterior convexo y el posterior cóncavo.
*Las huellas más grandes de saurópodo, procedentes de Colunga (Asturias)
Las subimpresiones o undertracks.
Lo primero que deberíamos tener en cuenta cuando observamos una huella, es que lo más seguro es que no sea la impresión original. Cuando un animal pisa un sustrato también deforma las capas inferiores formando una sucesión de marcas de carga en sentido vertical cada vez más deformadas pero a la vez con mayor probabilidad de preservación, ya que no están directamente expuestas a la intemperie. Estas subimpresiones reciben también el nombre del inglés de undertracks.
También podemos tener el caso que un sedimento de diferente naturaleza rellene la impresión y lo que recuperemos sea un contramolde en relieve de la huella o de alguna de las undertrack. (Figura A)
Por esta razón, es muy importante a la hora de trabajar con icnitas tener muy controlado el nivel, pues una variación en el sustrato conlleva variaciones en las mediciones.
Hago referencias cansinas al sustrato, pero es un factor determinante en el grado de preservación de la huella de dinosaurio. De hecho para que se fosilice debe cumplir una serie de requisitos que resumiendo sería que el sustrato donde se pisa y el que lo cubre sean discontinuos en alguna de sus propiedades. Ejemplo: Fangos cubiertos rápidamente por cenizas volcánicas, barro seco tapado por barro húmedo, etc.
El sustrato, factor determinante en la preservación.
Intentaré poner algún ejemplo sobre la importancia de este aspecto. Imaginemos que actualmente estamos siguiendo el rastro de un animal, pongamos un zorro: Un sustrato ideal sería la nieve pues se compacta mucho y mantiene la forma perfecta de las huellas. Y en el otro extremo podría ser un césped donde la hierba recupera su forma rápidamente y solo apreciamos “que está pisada”.
Como la nieve tiene esa mala costumbre de derretirse con el calor no es lo más recomendable para buscar huellas fósiles, así que nosotros buscaremos algo más fácil: Orillas de lagos, charcas, ciénagas, pantanos, ríos, playas, en definitiva, huellas en el barro.
Es muy importante que estos barros tuvieran cierta consistencia a la vez que plasticidad, pues de otra manera el efecto sería el mismo que al pisar por la playa: Sacas el pie y la huella parece como “tragarse a sí misma” y se deforma totalmente (y ya no digamos si sube la marea.)
Espero que quede aclarada la importancia del sustrato, y lo excepcional que es una correcta preservación y la suerte que tenemos en España de ver algo más que tenues marcas y depresiones que nos dicen que son huellas.
Siguiendo el rastro | Tras las huellas de los dinosaurios.
Muy bien, ya tenemos nuestra huella perfectamente delimitada, ¿y ahora que? Pues a buscar otra huella, porque una icnita aislada desgraciadamente nos aporta poca información útil. Necesitamos un rastro: Conjunto de más de 2 huellas producidas por un mismo animal en la misma dirección y sentido.
Podemos tomar medias de la longitud de la huella, la longitud de cada dígito desde su base, así como la anchura de ambos (todo esto desde los márgenes exteriores) y si nos sentimos inspirados (deberíamos) los ángulos que forman entre sí. (Figura B)
Con el rastro, debemos identificar los pasos (distancias entre dos huellas de dinosaurio consecutivas de pies distintos) y las zancadas (distancias entre dos huellas consecutivas del mismo pie) midiendo siempre desde posiciones equivalentes:
Desde el extremo del dígito III al extremo del dígito III de la siguiente, y no hasta el talón, porque estamos metiendo como error toda la longitud de la huella (mucha gente mide de esta forma involuntariamente, parece una tontería que hay que prestar atención). Por supuesto también sería conveniente medir la anchura de pista (distancia en perpendicular de la línea de zancada y la huella de paso) y los ángulos. (Figura C)
Terminamos con estas medidas básicas que suelen tomarse de una huella y de un rastro, dejando para la siguiente entrega lo que podemos aprender de esos números.

Sobre el autor: Marcos Müller es investigador y docente universitario, nació en 1959 en Alemania y desde muy temprana edad encaminó sus pasos hacia los fósiles y la paleontología, doctorándose en ciencias biológicas. Es colaborador honorario en la facultad de ciencias de su universidad, donde con dedicación exclusiva, ocupa el cargo de profesor de Paleontología de Vertebrados.