eustreptospondylus

Eustreptospondylus

El Eustreptospondylus es un buen ejemplo de terápodo: un monstruo carnívoro que caminaba sobre dos patas y poseía las armas necesarias para acabar con sus víctimas con terrible eficacia.

Información: Eustreptospondylus

  • Género / Especie: Eustreptospondylus oxoniensis
  • Etimología: Vértebras bien curvadas, en referencia a un animal identificado originalmente como una especie de Streptospondylus, que significa«vértebras curvadas» por su forma.
  • Localización Global: Inglaterra
  • Rango Temporal / Era: Jurásico
  • Estado de conservación: Extinto [EX]
  • Orden: Saurisquios
  • Familia: Megalosáuridos
  • Alimentación / Dieta: Carnívoro
  • Altura aprox: 3,7 metros
  • Longitud aprox: 9 metros
  • Peso aprox: 250 kilogramos
  • Hallazgo / Yacimiento: En un pozo de arcilla en Oxford (Inglaterra)


El Eustreptospondylus oxoniensis era un Saurisquio de la familia de los  Megalosáuridos (Familia a la que pertenecen Megalosaurus, Torvosaurus, Eustreptospondylus y Streptospondylus)  y sus restos fósiles fueron hallados en un pozo de arcilla en la ciudad de Oxford en Inglaterra

Una pregunta inquietante es por qué sus restos se hallaron en los sedimentos del fondo del océano (hace 160 millones de años, el sur de Inglaterra estaba formado por pequeñas islas situadas en aguas poco profundas).

¿Fue su cadáver arrastrado por las aguas, o el Eustreptospondylus se zambullía en el agua y en algunas ocasiones entre las olas?

Podría haber hurgado por las playas y estuarios en busca de cuerpos de animales muertos, quizás incluso sumergiéndose parcialmente para atrapar peces prehistóricos y tortugas. O quizás aprendió cómo impulsarse con sus patas traseras para poder desplazarse de isla a isla.

Características de Eustreptospondylus

El Eustreptospondylus fue un carnívoro de dos patas que poseía las armas necesarias para acabar con sus víctimas con terrible eficacia. Se trata del terópodo europeo mejor conservado. Desde 1841, hasta 1964, se le confundió con un Megalosaurus. El fósil incompleto hallado presenta una longitud de 5 m unos 16 pies, pero las vértebras muestran signos de que el animal no había completado totalmente su desarrollo, por lo que se piensa que se trata de un ejemplar juvenil de Eustreptospondylus, que probablemente podría haber crecido otros 2 o 4 metros casi 13 pies.

Poseía unas potentes patas traseras, caminaba erguido y sus brazos eran pequeños, (características propias de los terópodos). Su esqueleto se expone en el Museo de la Universidad de Oxford (Inglaterra).

Los huesos de sus patas, que sostenían el voluminoso cuerpo, poseían una gruesa pared que habría hecho muy difícil que pudiera mantenerse en carrera durante mucho tiempo seguido

Sus garras estaban bien afiliadas

Los brazos de Eustreptospondylus  eran pequeños y débiles, y no queda claro el uso que les daba, pero disponían de unas garras extremadamente afiladas con las que despedazar a sus víctimas.

Su cola era rígida y poco flexible

Las colas de los terópodos más primitivos se habrían balanceado de lado a lado mientras caminaban, pero los músculos entre la cola y los muslos eran más cortos de lo habitual en el caso del Eustreptospondylus, lo que habría hecho que su cola fuese mucho más rígida y menos flexible.

Los músculos del cuello recorrían su espalda

Los poderosos músculos de su gran cuello y que recorrían toda su espalda permitían a este magnífico animal hacer retorcer su cabeza mientras aferraba a su presa con los dientes.

Poseía protecciones óseas en los ojos

Algo muy curioso en este dinosaurio saurisquio del periodo Jurásico son las protecciones en sus ojos, que  se encontraban protegidos por protuberancias óseas, una ayuda dada la ferocidad y velocidad de sus ataques y la implicación de meter todo el morro entre arbustos y vegetación mientras perseguía a la carrera a sus víctimas.

Eustreptospondylus desgarraba a sus víctimas

El Eustreptospondylus fue un dinosaurio carnívoro que podría haber arrancado grandes pedazos de la carne de sus presas, lo que le permitiría satisfacer su apetito mientras sus víctimas se desangraban hasta morir. Sin embargo, el peso de su cabeza podría haber sido un gran problema para estos gigantescos monstruos.

En el caso de esta criatura, este problema se veía solventado gracias a las grandes zonas huecas, conocidas como, ventanas (del término latín fenestrae), que poseía en su cráneo. Dado su carácter de cazador, probablemente Eustreptospondylus era un animal solitario, excepto en las épocas de reproducción.