Euoplocephalus
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El Euoplocephalus fue un animal prehistórico que pertenecía a la familia de los anquilosáuridos. Era un reptil cuadrúpedo y bastante pesado que habitaba en las zonas boscosas del norte de lo que hoy es el continente americano, durante las etapas finales del período Cretácico.
El conjunto de placas óseas que este reptil anquilosaurio tenía incrustadas en la piel del lomo, presentaban una estructura similar a las que poseen los cocodrilos modernos en la misma zona cuerpo.
El Descubrimiento del Euoplocephalus
Se han hallado restos fósiles del Euoplocephalus en diferentes lugares del mundo, lo que le convierte en uno de los dinosaurios más comunes de Norteamérica. Únicamente se han descubierto ejemplares aislados, lo que indicaría que tenía una vida solitaria. Sin embargo, existen pruebas de que algunos de sus parientes vivían en manadas.
El primer espécimen fue descubierto por el paleontólogo Lawrence Morris Lambe en Alberta, Canadá, en 1897. El análisis de los huesos de este ejemplar no descubrió ninguna marca de mordisco, ni en el Euoplocephalus, ni en ninguno de sus parientes acorazados, por lo que mostraba que sus adaptaciones defensivas eran bastante eficaces.
Características de Euoplocephalus
El Euoplocephalus era un dinosaurio herbívoro acorazado que se alimentaba generalmente de la vegetación que se encontraba cerca de los ríos. Presentaba un cráneo con forma de pico con unos dientes adaptados para masticar casi cualquier tipo de planta y su lengua que era muy flexible le permitía arrancar la vegetación a manojos.
Su comportamiento era casi siempre solitario y rara vez se juntaban con otros de su especie, debido a que estaban tan bien protegidos que no era necesario ir en grupo. Sin embargo, todos los años se reunían para el apareamiento, donde los machos se enfrentaban golpeándose con sus colas en forma de maza hasta que uno de ellos se rindiera.
Dificultades para reproducirse
Como el resto de anquilosáuridos, como el Minmi o el Ankylosaurus tenía problemas para reproducirse. El tener una armadura tan bien provista de elementos defensivos le dificultaba bastante la tarea de reproducirse con productividad, por lo que era una dificultad que le llevaba mucho tiempo.
Tenía una coraza impenetrable
Debido a la alta competencia que presentaba el Campaniense y a su lentitud a la hora de desplazarse, el Euoplocephalus poseía un cuerpo bastante apto para defenderse de los depredadores.
En primer lugar, estaba recubierto de una coraza segmentada y tachonada con púas que sobresalían desde la cola hasta la cabeza. Esta coraza estaba equipada con cuernos que se proyectaban desde la parte posterior de su cráneo, incluso tenía «persianas» óseas que se deslizaban sobre sus ojos.
En segundo lugar, los Euoplocephalus eran capaces de flexionar sus piernas para que su vientre se quedase lo más cerca posible al suelo y así evitar que los depredadores le atacasen en su único punto vulnerable.
Su cola era un arma letal
Como hemos mencionado anteriormente, el Euoplocephalus poseía una cola con la que podía defenderse de los depredadores y esta presentaba varias características. Estaba compuesta por unos tendones osificados que ocupaban la mitad de la estructura de la cola, de esta forma le aportaba flexibilidad y una capacidad para balancearla de un lado a otro sin perder rigidez.
Por ello, podía rápidamente asestar golpes en lugares altos como la cabeza. Además, la protuberancia de su cola, hecha de hueso de gran espesor llegaba a pesar hasta 20 kg, por lo que era capaz de romper huesos e incluso de llevar a la muerte a su rival.
Golpeaba a sus enemigos con una maza
Finalmente su cola poseía una maza caudal bastante contundente formada por varios osteodermos que usaba para atacar y desequilibrar a sus oponentes.

Sobre el autor: Marcos Müller es investigador y docente universitario, nació en 1959 en Alemania y desde muy temprana edad encaminó sus pasos hacia los fósiles y la paleontología, doctorándose en ciencias biológicas. Es colaborador honorario en la facultad de ciencias de su universidad, donde con dedicación exclusiva, ocupa el cargo de profesor de Paleontología de Vertebrados.