Deinosuchus
Indice de contenidos
El Deinosuchus fue un enorme y violento monstruo saurópsido del orden Crocodilia que llegó a medir más de 15 metros. Este enorme animal pertenece a la superfamilia Alligatoroidea, y actualmente es uno de los mayores crocodilianos de todos los tiempos que hallamos descubierto en nuestro planeta.
Únicamente se han descubierto algunas partes del Deinosuchus, siendo la más útil de todas ellas un cráneo completo de 2 metros de longitud, a partir del que se efectuó la estimación de su tamaño. Su mandíbula estaba accionada por unos fuertes músculos, y estaba equipada con dientes romos.
Características de Deinosuchus
Era un reptil con coraza de gran tamaño, con una potente mandíbula. Las estimaciones sobre su longitud (de la cola al morro) total varían de unos 8 a unos 15 metros y podría haber alcanzado un peso de unas 9 toneladas. El Deinosuchus fue uno de los cocodrilos prehistóricos de mayor tamaño, y presenta un notable parecido con los cocodrilos actuales.
Las placas óseas recubiertas por escamas pesadas que poseía a lo largo de su lomo y cola podrían haber protegido a este animal de los ataques. Pero también tenían una función relacionada con la motricidad. «Deinosuchus» fue sin dudas un monstruoso cocodrilo prehistórico que cazaba a otros dinosaurios
Deinosuchus arrastraba y asfixiaba a sus víctimas.
Sus mandíbulas eran muy potentes, y los dientes estaban más adaptados para sujetar que para morder, permitiendo al Deinosuchus arrastrar y asfixiar a sus víctimas. Se cree que podría haber convertido en sus presas a los hadrosaurios, muy abundantes en su época, y también podría haberse alimentado de peces prehistóricos.
El Deinosuchus habría usado sus numerosos dientes para arrastrar a las presas que se acercaran demasiado a la orilla bajo las olas, asfixiándolas posiblemente mediante la aplicación de un giro conocido como «rodillo de la muerte».
El terror que acechaba en las profundidades
A finales del Cretáceo existió un enorme mar interior occidental en lo que hoy es América del Norte al que se suele llamar: Mar del Cretácico, Mar de Niobrara o Mar Interior de Norte América. Cuando los dinosaurios se acercaban a la orilla para beber agua corrían un enorme riesgo, ya que un terror inimaginable llamado Deinosuchus les esperaba vigilante en las profundidades, esperando su oportunidad para lanzarse y devorarlos sin piedad.

Sobre la Autora: Natalia ha participado en expediciones paleontológicas en la Antártida, así como en algunas localidades fosilíferas de Europa, China y África. Es autora de varios libros sobre paleontología y actualmente, sus investigaciones se centran en la fauna de animales vertebrados del mesozoico y en los mamíferos del periodo Neógeno.