Compsognathus Longipes
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El Compsognathus es uno de los dinosaurios no aviares de menor tamaño que se conocen hasta la fecha. Sus restos fósiles son tan delicados y similares a los pájaros que se utilizó como argumento en el debate acerca de si los dinosaurios son los antepasados de los pájaros actuales.
En 1972 se descubrió un fósil de Compsognathus incrustado en un lecho de caliza cerca de Niza, en el suroeste de Francia y también en Alemania. Uno de ellos, procede del yacimiento de Solnhofen (Alemania), mientras que el hallado en Canjuers (Francia), fue considerado como una especie diferente (C. corallestris).
Un aspecto controvertido sobre el ejemplar alemán es la presencia de unas estructuras esféricas de pequeño tamaño que se identificaron como huevos de Compsognathus. Sin embargo, análisis de su microestructura y análisis químicos sugieren que se trata simplemente de nódulos cristalinos, sin ningún origen orgánico.
Biología del Compsognathus
La estructura de la mano del Compsognathus es única para el orden Theropoda, ya que solo dos dedos tienen falanges (con solo dos cada uno), mientras el tercero está formado por un metacarpal vestigial. El miembro posterior es largo, con los segmentos distales más largos respecto a los proximales.
Solo aparecen pleurocelos en las vértebras cervicales. El miembro anterior es robusto, aunque muy corto para lo que se espera de un celurosaurio de pequeño tamaño.
Conexiones con el ave primitiva Archaeopteryx
El Compsognathus es el pariente conocido más cercano del ave primitiva Archaeopteryx. Y constituyó durante mucho tiempo, un argumento en contra de la presencia de plumas en los terópodos derivados de pequeño tamaño. Ya que uno de los ejemplares procede del mismo yacimiento que un Archaeopteryxy (Ave primitiva), y a diferencia de este, no presenta rastro alguno de plumas.
Sin embargo, los hallazgos producidos en los últimos años parecen indicar que la ausencia de plumas en el género Compsognathus pudiera ser debida a que la presencia de protoplumas no era necesariamente una regla o una característica omnipresente.
Características de Compsognathus
El Compsognathus fue un pequeño dinosaurio, aproximadamente del tamaño de un pollo. Saltaba sobre pequeñas presas con la ayuda de sus largas y delgadas patas. Los huesos de lagartos que eran capaces de moverse velozmente descubiertos en su estómago confirman su rapidez.
Compsognathus fue probablemente un pequeño depredador, rápido y ágil, que se alimentaría de presas de pequeño tamaño. Esta hipótesis es consistente con el hallazgo, en la cavidad abdominal del ejemplar alemán, de los restos del lagarto que constituyó su última comida.
Compsognathus poseía tres garras en cada pata que eran idóneas para agarrar a sus escurridizas víctimas. Su larga cola actuaba como contrapeso cuando este veloz dinosaurio perseguía a sus presas, o le servía para realizar rápidos giros cuando huía de los depredadores de mayor tamaño.
Utilizando su cuello, largo y flexible, el Compsognathus podía vigilar los alrededores para detectar si existía algún peligro o rastrear la zona en busca de presas
Estaba recubierto de Protoplumas
Recientes descubrimientos de fósiles de este animal muestran que probablemente Compsognathus estaba cubierto con plumas de pequeño tamaño (Protoplumas), similares al plumón, que tenían la función de aislar su cuerpo.
Es uno de los terópodos más pequeños
El Compsognathus es uno de los dinosaurios terópodos carnívoros bípedos más pequeños conocidos (exceptuando las aves). Se conocen dos ejemplares excepcionales y ambos son muy pequeños. Los miembros de su especie tan solo podían crecer alrededor del tamaño de un pavo grande.
El Cráneo del Compsognathus
El cráneo de este dinosaurio era muy ligero, estrecho y largo con una gran órbita (largas las órbitas oculares), 5 pares de fenestras, aberturas craneales y un hocico puntiagudo. Sus ojos eran grandes en proporción al resto de su cráneo. Este animal tenía una zona sin dientes en el contacto entre el premaxilar y el maxilar.
Tenía un pico con dientes
El Compsognathus tenía una especie de pico que poseía unos dientes pequeños y muy afilados. Este pico con dientes era idóneo para atrapar lagartos del periodo Jurásico de menor tamaño, grandes insectos prehistóricos, algunos peces, anfibios y pequeños mamíferos que caían víctimas de su apetito voraz.

Sobre el autor: Marcos Müller es investigador y docente universitario, nació en 1959 en Alemania y desde muy temprana edad encaminó sus pasos hacia los fósiles y la paleontología, doctorándose en ciencias biológicas. Es colaborador honorario en la facultad de ciencias de su universidad, donde con dedicación exclusiva, ocupa el cargo de profesor de Paleontología de Vertebrados.