Coelophysis
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En los años 40 se descubrieron cientos de ejemplares de Coelophysis en el yacimiento del Ghost Ranch (Nuevo México). Se ha interpretado la concentración de ejemplares en este yacimiento como el resultado de una catástrofe natural (probablemente una inundación) que acumuló a los miembros de una o varias manadas.
Vivía en llanuras desérticas habitualmente cazaban en manada, para así poder atacar a dinosaurios más grandes. Pesaba 50 kilos y medía casi 3 metros de largo, pero se cree que las hembras podían ser más fuertes que los machos.
Se han descubierto un buen número de ejemplares de Coelophysis en Ghost Ranch, Nuevo México. Se trata de un emplazamiento rico en restos fósiles, que incluye un cementerio, que contiene cientos de ejemplares, posiblemente víctimas de una súbita inundación.
Los restos de los ejemplares adultos de Coelophysis presentan diferencias, siendo parte de ellos «robustos» y otra parte más «gráciles»; podrían representar a los machos y a las hembras, respectivamente.
Restos fósiles de Coelophysis
Se han hallado restos de Coelophysis en Arizona y Nuevo México (Estados Unidos), pero este animal podría haber habitado por toda esta vasta masa de tierra. En el yacimiento de Ghost ranch están representados ejemplares de todas las edades excepto recién nacidos.
Otro elemento sorprendente en el yacimiento consiste en el hallazgo de restos de individuos de pequeño tamaño dentro de la caja torácica de individuos adultos. Esta situación es interpretada como una evidencia de canibalismo en dinosaurios
Se han hallado restos en Arizona y Nuevo México (Estados Unidos), pero el Coelophysis podría haber habitado por toda esta vasta masa de tierra.
Los árboles del bosque petrificado
El Coelophysis vivió en una época en la que las masas de tierra de todo el mundo formaban un único supercontinente, conocido como Pangea. El entorno de tierras bajas que esto favorecía estaba probablemente sujeto a bruscos cambios de estaciones, que podían ser o muy húmedas o muy secas, con las temporadas de los monzones causando inundaciones con regularidad.
Las inundaciones podrían ser las responsables de las agrupaciones de esqueletos halladas en el «cementerio» de Ghost Ranch y crearon con toda seguridad el Bosque Petrificado, un amplio conjunto de árboles fosilizados que se encuentra en la cercana Arizona.
El hábitat de Coelophysis
La Tierra actual es muy distinta a aquella que conocieron el Coelophysis y los dinosaurios que cohabitaron junto a él, el planeta durante el Período Triásico Superior. Norteamérica, donde se han descubierto abundantes restos de Coelophysis, era todavía parte de Pangea, el gigantesco supercontinente en el que se encontraban agrupadas todas las futuras masas terrestres de la Tierra actual.
Los niveles del mar en el Triásico Superior fueron habitualmente bajos, y el clima en el período en el que vivió el Coelophysis podría haber sido extremadamente seco y caluroso. La mayor parte del territorio habitado por el Coelophysis eran desiertos.
Los principales vertebrados tras la extinción
La apariencia de la tierra se encontraba en proceso de cambio. Las coníferas comenzaban a aparecer en aquellos lugares en los que los bosques habían conseguido asentarse. Los helechos y dos clases de plantas con semillas, las cícadas y las benetitales, crecían con profusión en los suelos de los bosques.
Entre los animales que compartían el hábitat en América con el Coelophysis se encontraban el Massospondylus, uno de los primeros prosaurópodos que se conocen, y el Protosuchus, uno de los primeros cocodrilos (ambos hallados en Arizona).
Repentinamente, hace 200 millones de años, tuvo lugar una extinción masiva que acabó con más de la mitad de todas las especies animales que habitaban la Tierra, y los dinosaurios como el Coelophysis y sus descendientes se convirtieron en los principales vertebrados terrestres del planeta.
Características de Coelophysis
El Coelophysis es un dinosaurio ceratosaurio de pequeño tamaño. El cráneo de este pequeño dinosaurio es alargado y bajo, de construcción ligera, con una gran fenestra antorbital un largo morro y una zona sin dientes en el contacto premaxilo-maxilar de la boca.
Los huesos del Coelophysis son muy pneumáticos (huecos) como ocurre en las aves actuales. Se han encontrado dos morfotipos diferentes de Coelophysis: una forma grácil y otra robusta, que son interpretadas como representantes de los dos sexos.
Hace tiempo se creía que el Coelophysis era caníbal y devoraba a sus crías, debido a que los abdómenes de muchos ejemplares adultos parecían contener ejemplares jóvenes de Coelophysis. Estos fósiles fueron analizados de nuevo posteriormente, mostrando que se trataba de otros reptiles.
Era un depredador ágil y letal
El Coelophysis, uno de los primeros dinosaurios, era un dinosaurio carnívoro. Podría haber sido un carroñero, pero era ciertamente un eficaz depredador. Dotado de unas potentes patas traseras y un cuerpo largo y delgado, estaba diseñado para ser ágil y rápido.
Su cuello en pronunciada curva, largo y flexible, le ayudaba a sujetar a sus presas. El Coelophysis podría haber cazado también en manada, lo que le habría permitido capturar presas de mayor tamaño. El cuello de este extraño depredador es largo y flexible, y cuenta con unas costillas cervicales alargadas y flexibles.
Su reducido peso lo hacía más veloz
Los huesos de sus patas, que estaban huecos prácticamente en su totalidad, y su cráneo, que presentaba grandes aberturas, reducían su peso corporal, aumentando todavía más su velocidad.
Sus manos estaban equipadas con garras
Utilizaba sus fuertes manos, formadas por tres dedos, para agarrar a sus presas. Sus manos estaban equipadas con tres garras, habrían permitido al Coelophysis sacar a sus presas de sus madrigueras (disponía de una cuarta garra inutilizable, que se encontraba incrustada en su carne).
Los brazos del Coelophysis son largos (a diferencia de los que presentan los ceratosaurios de gran tamaño) y tienen, como es habitual en Ceratosauria, cuatro dedos con solo tres garras.
Tenía más de 100 dientes en la mandíbula
El Coelophysis poseía más de 100 dientes muy afilados y en forma de daga, que clavaba en la carne de sus presas. El doble juego de su mandíbula le permitía realizar movimientos hacia atrás y hacia delante, «serrando» su alimento
La cola servía de contrapeso
Su cola, larga y fina, le servía como contrapeso, permitiendo al Coelophyisis mantener su cuerpo en posición prácticamente horizontal respecto al suelo mientras corría. La cola de esta especie es también muy larga, constituyendo más de la mitad de la longitud total.
Los Coelophysis eran caníbales y muy hostiles
El nombre de este pequeño dinosaurio, de cráneo estrecho y alargado, significa «huesos huecos». El Coelophysis se alimentaba sobre todo de carne, también de la de otros miembros de su misma especie (en muchos de los restos de esqueletos se han encontrado, en la región abdominal, los huesos de individuos jóvenes de Coelophysis).

Sobre el autor: Marcos Müller es investigador y docente universitario, nació en 1959 en Alemania y desde muy temprana edad encaminó sus pasos hacia los fósiles y la paleontología, doctorándose en ciencias biológicas. Es colaborador honorario en la facultad de ciencias de su universidad, donde con dedicación exclusiva, ocupa el cargo de profesor de Paleontología de Vertebrados.