borophagus

Borophagus

El Borophagus fue un perro prehistórico, más que una hiena, que vivió en los Estados Unidos hace aproximadamente 6 millones de años. Es probable que pudiera romper y triturar los huesos, gracias a sus poderosas mandíbulas.

Información / Nombre científico: Borophagus

  • Género / Especie: Varias especies dentro del género:
    • Borophagus diversidens, B. dudleyi, B. hilli, B. littoralis, B. orophagus orc, B. parvus, B. pugnator, B. secundus
  • Etimología: Su nombre significa «Comedor voraz», debido a su presunta voracidad.
  • Localización Global: Estados Unidos
  • Posible hábitat: Sabanas y praderas
  • Rango Temporal / Era: Terciario Mioceno
  • Estado de conservación: Extinto [EX]
  • Orden: Carnívora
  • Familia: Canidae
  • Alimentación / Dieta: Carnívoro
  • Longitud aprox: 80 centímetros
  • Altura aprox: 40 centímetros
  • Peso: 35 kilos
  • Hallazgo / Yacimiento: En la cantera Edson en Kansas, Ogalalla en Texas y Florida. (Estados Unidos)


Los restos fósiles de este perro prehistórico fueron descubiertos en distintos lugares de los Estados Unidos de América:

  • Cantera Edson, en Kansas.
  • Formación Ogalalla en Texas.
  • En el estado de Florida.

Características de Borophagus

Poseía un cráneo robusto y compacto, y una mandíbula con la suficiente fuerza para romper huesos y también se caracterizaba por su abultada frente. Borophagus fue un género de cánido (Canidae) y como casi todos los grandes cánidos modernos, seguramente este animal prehistórico  cazara en grupos a presas más grandes que él.

El Borophagus era un perro primitivo que probablemente fuese un animal carroñero que se alimentaba de huesos, y poseía dientes cónicos parecidos a los de las hienas actuales.

El Borophagus vagaba por las llanuras de Norteamérica, probablemente aprovechando la carroña de los restos de animales muertos y persiguiendo a otros animales prehistóricos moribundos como lo hacen susparientes actuales.

Poseía un sentido del olfato evolucionado

Al igual que los perros actuales, es probable que el Borophagus poseyera un agudo sentido del olfato muy desarrollado, que le habría ayudado a localizar los restos de animales muertos que incluía en su dieta carnívora y habitualmente carroñera.

Sus grandes colmillos estaban curvados

El Borophagus poseía unos colmillos cónicos ligeramente curvados parecidos a los de las hienas, pero más grandes. Estos grandes colmillos curvos que poseía en la parte delantera de su boca se encontraban recubiertos de una gruesa capa de esmalte.