Arsinoitherium
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El Arsinoitherium es un género extinto de animales prehistóricos placentarios pertenecientes al orden Embrithopoda. Estos grandes mamíferos eran bastante más grandes que los actuales rinocerontes y además estaban equipados con un par de cuernos muy extraños.
El registro fósil de este animal prehistórico es ligeramente abundante, ya que se han encontrado restos fósiles de Arsinoitherium en El Fayún (o Al-Fayyum, Egipto), en Mongolia, en Turquía y en Etiopía.
El descubrimiento del Arsinoitherium
Los esqueletos más completos de Arsinoitherium fueron descubiertos en los yacimientos de Egipto. También se hallaron fragmentos de las mandíbulas de sus parientes en el sureste de Europa y en Mongolia.
Los restos hallados en Mongolia son escasos y parecen proceder de una época anterior a la de los restos encontrados en Egipto. Los fósiles descubiertos en Etiopía en el año 2003 tenían aproximadamente unos 27 millones de años de antigüedad.
Características de Arsinoitherium
El Arsinoitherium tenía un aspecto parecido a los rinocerontes actuales, vivió en selvas tropicales que lindaban con pantanos hace aproximadamente 36 millones de años. De complexión robusta y poderosa, el tamaño del Arsinoitherium habitualmente le garantizaba permanecer a salvo de los depredadores.
Los rasgos más característicos del Arsinoitherium eran sus dos enormes cuernos, que sobresalían de la zona justo por encima de su nariz. En cambio, los dos cuernos redondeados situados justo detrás de estos eran de pequeño muy tamaño. Tenían forma de triángulo cónico que parecía estar hueco por la parte posterior y que usaba como arma contra los depredadores.
Parece ser que el Arsinoitherium habría pasado la mayor parte del tiempo alimentándose, para poder conservar su enorme cuerpo en buenas condiciones.
Sus patas estaban adaptadas al medio acuático
El Arsinoitherium pasaba la mayor parte del tiempo en el agua. Sus pies, amplios y planos, estaban mejor adaptados para vadear aguas superficiales y para nadar más que para caminar. Asi que suponemos que pasaba grandes periodos de tiempo en el agua enfangándose y disfrutando de la vida.
Usaba sus cuernos para defenderse y embestir
Este mamífero de aspecto de rinoceronte tenía muy malas pulgas, y no dudaba en enzarzarse a testarazos con cualquier depredador que quisiera hincarle el diente. Para defenderse disponía de dos enormes cuernos óseos enormes que le sobresalían como cuchillos por la zona que había situado por encima de su nariz.

Sobre la Autora: Natalia ha participado en expediciones paleontológicas en la Antártida, así como en algunas localidades fosilíferas de Europa, China y África. Es autora de varios libros sobre paleontología y actualmente, sus investigaciones se centran en la fauna de animales vertebrados del mesozoico y en los mamíferos del periodo Neógeno.